Con estas palabras definían nuestros amigos Jose Ernesto, Álvaro, Ruth y Enrique su viaje a Perú durante el verano pasado.
En la mesa redonda celebrada ayer en el Obispado, quisieron compartir con nosotros sus experiencias personales y sobre todo sus vivencias tanto en su formación como en su estancia en tierras peruanas.
En esta semana especial de Misión Perú,
están transmitiendo a los alumnos sus sentimientos y sensaciones al
enfrentarse a un mundo distinto al nuestro en el que existen muchas
necesidades, pero con una riqueza enorme en espiritualidad,
agradecimiento y en ganas de aprender.
Les cambió la vida y nos invitan a participar con ellos en experiencias de este tipo.
¡Gracias por el regalo de vuestro testimonio!
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