Lunes:
(Música, un ratito para clavar
la atención)
Lector 1:
Hay un lugar en Perú donde sólo
los niños con mucha suerte pueden ir al Colegio. Donde ningún alumno se queja
de los deberes que deben hacer, o de profesores aburridos. Donde ningún alumno
pierde el tiempo haciendo “artefactos” para lanzar bolitas en clase, mientras
el profesor explica, porque saben que, si no aprenden, no podrán comer.
Del evangelio de San Lucas (21
,41-44)
Alzando los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el tesoro del
templo; vio también una viuda pobre que echaba dos pequeñas monedas, y dijo:
“En verdad os digo que esa pobre viuda ha echado más que todos, porque todos
esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa
necesidad, ha echado de lo que tenía para vivir. PALABRA DE DIOS.
Lector 2:
Hoy comenzamos la semana de la
Misión Perú. En ella pretendemos mostraros la realidad de una tierra donde
chicas y chicos de nuestra edad con hambre de pan y ganas de aprender, intentan
conseguir alimentos y quien les enseñe lo que tu aprendes para poder comer en
el futuro.
(Suena el padre nuestro en
peruano)
Lector 1:
La canción que hemos escuchado es
el padre Nuestro, cantado en su idioma, desde sus necesidades, con su alegría a
pesar de todo.
Nosotros, ahora, rezamos esa
oración, acogiendo su esperanza, pidiendo al Señor que, el pan que nos da cada
día, por la mañana, en el recreo, a medio día, en la merienda y la cena,
también llegue, por nuestro esfuerzo a estos chicos;
Lector 2:
Y que por nuestra colaboración,
aunque sea tan pequeña pero tan sincera como la de la viuda que nos contaba
Jesús, consigan también quien les enseñe a ganarse ese pan el resto de su vida.
(Se reza el Padre Nuestro,
lectores 1 y 2. Música y fin)
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