Tras casi diez horas de viaje hemos llegado al aeropuerto de Atlanta. El vuelo ha sido tranquilo, aunque con unas cuantas turbulencias. No obstante, hemos podido disfrutar de esas horas para leer la nueva encíclica del Papa y otros libros, ver alguna película, escuchar música, dormir y comer..., no han dejado de agasajarnos cada dos por tres con bebida y comida. Nos ha sorprendido mucho.
Hemos aterrizado sin problema y al llegar se ha puesto a llover sin parar, tormenta de verano. Hemos descendido del avión y hemos podido comprobar la exhaustividad de los controles de seguridad en este país. Ahora estamos aprovechando para estirar las piernas en espera de nuestro vuelo a Lima dentro de algo más de media hora. ¡Hasta pronto!
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