VIERNES
Nuestro último
día de “clases”. A primera hora fuimos al aula de 5° de secundaria para
entregarlas unos recuerdos de Ávila, ya que es su último año en el colegio.
Aprovechamos para grabar las canciones con las que comienzan el día.
Posteriormente
cruzamos el río Chiriaco por el Huaru para dar un paseo por el pueblo. No había
mucho que ver y el calor era sofocante, por lo que tardamos poco en volver a La
Misión.
Una vez de
regreso, estuvimos con las alumnas de 6° de primaria que se encargaban esta
semana de preparar el almuerzo para todos los alumnos del colegio: arroz,
menestra de lentejas y jugo de limón.
Almorzamos con
las hermanas y por la tarde fuimos con varias de las alumnas y con la hermana
Asunta a la comunidad indígena de Wachapea, donde pudimos participar de la
catequesis que estas alumnas imparten a los más pequeños de la comunidad. Como
estos niños no hablan castellano, prácticamente todas las conversaciones fueron
en awajún.
Al regresar las
alumnas ya nos estaban esperando para iniciar su sesión de cine de cada
viernes, pues esta vez la película que iban a ver venía desde España: “Del
revés”. Por las risas que escuchamos durante la proyección parece ser que les
gustó.
SÁBADO
Después de la
oración de cada mañana y el desayuno, nos despedimos de las hermanas y de los
niños y niñas que se encontraban en La Misión.
Aprovechamos
esta despedida para contaros las actividades que realizan cada una de las
hermanas de Misión Chiriaco:
Elvira: directora del centro,
relación con las familias.
Asunta: encargada del trato
personal con las niñas del internado.
Teresa: enfermera, cocinera,
ecónoma y encargada de la logística.
Anita: en estos momentos se
encontraba en una reunión en Bolivia. Ella se encarga de la parte pastoral
durante este curso, ya que tiene previsto irse a África.
A las 9:00 el
taxi nos esperaba al otro lado del río para llevarnos
hasta Jaén. Como íbamos bien de tiempo aprovechamos para almorzar en un
restaurante, donde Ernesto nos engañó para probar el ceviche y luego comérselo
él. Aunque el arroz que pedimos tampoco fue santo de devoción de las comensales
debido a la cantidad de cilantro que parece ser que había.
Conclusión: al final
uno se tuvo que sacrificar por el bien de Misión Perú. El helado estaba bueno,
a pesar de que el estómago estaba “lleno”.
A las 15:00
cogimos el autobús que 18 horas después nos dejaría en Lima, al lado del
estadio nacional de fútbol. Por lo que ya pasamos al domingo.
DOMINGO
Nuestro taxista,
John, nos recogió en la estación acompañado de sus dos hijos: Diego y Álvaro. Con
ellos disfrutamos de un día de turismo por Lima, visitando el Cerro de San
Cristóbal, la iglesia de Santa Rosa de Lima, la casa de San Martín de Porres y
la zona de Miraflores. Para acabar el día cenando en un Totuus (centro
comercial), cercano a la residencia de las Hermanas Carmelitas, donde nos
alojaremos esta noche por última vez. Como anécdota hay que reseñar que debido
a la falta de acuerdo entre dos de los tres miembros de este equipo, uno de
ellos no pudo disfrutar de la mitad de un batido, cosa que si pudieron hacerlo
los pantalones de dos de los miembros de dicha expedición.
Perdonar por la
tardanza y brevedad del diario de estos días, pero ha sido debido a la falta de
tiempo y a la acumulación del cansancio.
Nos despedimos
por hoy. Esperamos que todos los que leéis este blog os encontréis bien, igual
que nosotros lo estamos aquí en Perú.
Un fuerte
abrazo,
Laura, Ernesto y
Lorena
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