Vamos de regalo en regalo... Sábado, 2 de agosto. Hoy nos despedíamos pronto de las Hermanas de la Cruz de Chavanod, Rosa y Luz. Nuestra estancia en el Hogar Inmaculada ha sido digno de ese nombre, calidez y acogida resumen nuestros días allá. Desde ahí, Ronald nos llevó al Callao, a la parroquia de la Virgen del Carmen de la Legua, donde pronto se levantará una basílica. Allí rezamos laudes los cuatro juntos delante de la Virgen. Esta Parroquia es la más popular de todo el Callao precisamente por ser lugar de peregrinación de muchos marineros y lugar de paso entre Lima y el Callao. La talla de la Virgen fue traída de España en 1570. Este Santuario es el corazón religioso del Callao. Ni siquiera el coche bomba de mayo del 92 logró dañar la Iglesia. Es aquí donde nos hemos reunido con el grupo juvenil "Cristo vive", con cuyos responsables, Giancarlo y Juan Francisco, hemos dado un paseo previo por la zona histórica del Callao, la plaza de armas, la punta, el paseo marítimo, etc. Todo un lujo pasar ese ratito previo con ellos. El encuentro con el grupo ha sido muy grato. En primer lugar ellos nos mostraron qué es y hace el grupo a través de un videoclip. Nos han dejado boquiabiertos, más de 14 años de Pastoral con los jóvenes de su parroquia. Son un modelo a seguir. Hemos compartido los correos para estar en contacto. Posteriormente ha sido nuestro turno para narrar nuestra experiencia misionera, nuestros orígenes en la fe, nuestro trabajo en el Colegio, nuestro Camino realizado, etc. Nos hemos soltado tanto en el compartir que se nos ha pasado el tiempo volando. Habrá que repetir en próximas ediciones del Proyecto. Ha sido mucho lo compartido y aprendido. Nos vamos con muchos regalos de su parte (entre otros, un escapulario del Carmen, signo de devoción mariana, en la esperanza de su protección maternal) y con la responsabilidad de poner en práctica lo aprendido en España. El reto es complejo pero no imposible, pondremos lo mejor de nosotros. Y, por fin, algo similar ocurrió en la Parroqua del Perpetuo Socorro en Callao, donde habíamos quedado con Susan Espinoza para participar en el I Seminario que organizaban este agosto. Nos ha llamado la atención el cariño con que han preparado todo, los detalles sencillos y la estructura del encuentro. Hemos recibido una charla sobre Dios y el amor; y después hemos compartido en grupos más pequeños cómo nos hemos sentido durante la exposición de Rosmary, de la Renovación Carismática. Al despedirnos quedaba patente nuestro agradecimiento sincero y especial a Susan y Juan Francisco que nos han permitido conocer diversas realidades de los jóvenes cristianos en Perú. Tenemos mucho que aprender y compartir. La misión diocesana que comienza a nuestras vuelta a España será un gran momento para poner en práctica lo aprendido...
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